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octubre 09, 2025

Beatificación de Madre Isabel María Aranda Sánchez o.s.c.

 
Una esperanza llena de inmortalidad
Entre las Clarisas, una nueva Beata Mártir

  

La esperanza de los mártires 
“es una esperanza llena de inmortalidad,
porque su martirio sigue difundiendo el Evangelio
en un mundo marcado por el odio, la violencia y la guerra;
es una esperanza llena de inmortalidad,
porque, aunque fueron asesinados en el cuerpo,
nadie podrá apagar su voz ni borrar el amor que donaron;
es una esperanza llena de inmortalidad,
porque su testimonio permanece como profecía
de la victoria del bien sobre el mal.”

(Homilía del Santo Padre León Papa XIV, 14 septiembre 2025 Conmemoración de los mártires y testigos de la fe del siglo XXI) 

 

La Iglesia y toda la familia franciscana se preparan para celebrar la beatificación de madre Isabel María Aranda Sánchez, abadesa del monasterio de las clarisas de Martos (Jaén, España), una figura luminosa de fe, valentía y amor total a Cristo. Fue brutalmente asesinada por odio a la fe durante los dramáticos días de la Guerra Civil española y la persecución religiosa de 1936 a 1939, junto con otras dos abadesas mártires de la ciudad: la trinitaria madre Francisca Espejo y la calasancia madre Victoria Valverde, ya beatificadas en 2007 y 2013, respectivamente. La beatificación de la madre Isabel tendrá lugar en la catedral de Jaén el próximo sábado 13 de diciembre de 2025, junto con el sacerdote diocesano Manuel Izquierdo Izquierdo y otros 58 compañeros mártires de la diócesis de Jaén.

 

Una vida consagrada desde su juventud.

Isabel María nació el 12 de julio de 1889 en Hinojosa del Duque (Córdoba). Con solo catorce años, el 8 de diciembre de 1903, ingresó en el monasterio de las clarisas de Martos. El 4 de octubre de 1905 realizó su primera profesión. Su camino pareció interrumpirse muy pronto, ya que poco después enfermó gravemente de una enfermedad intestinal que le impedía retener los alimentos. A finales de 1914, el diagnóstico de los médicos fue desfavorable: úlcera gástrica y tuberculosis, con perspectivas de muerte inminente. Contra todo pronóstico, Isabel se curó repentinamente. Las hermanas atribuyeron esa curación a la intercesión de la madre Teresa de Jesús Romero Balmaseda, cuya causa de beatificación se había iniciado. A partir de ese momento, la joven religiosa vivió su consagración con una gratitud renovada, sintiéndose preservada por el Señor para una misión más grande. El 19 de marzo de 1922 realizó su profesión solemne. En junio de 1936 fue elegida abadesa.

El 21 de julio de 1936, en el clima de violencia anticatólico que marcó la Guerra Civil española, la madre Isabel y sus veintiséis hermanas fueron expulsadas del monasterio. Aunque tenía la posibilidad de refugiarse con su familia, la madre Isabel no quiso abandonar a sus hermanas y las cuidó hasta el final. Se instaló con otra monja anciana, sor Josefa Contreras Escobedo, en la llamada «Casa de las Ánimas», donde permaneció hasta que la detuvieron el 12 de enero de 1937.

 

Fiel hasta el final 

Incluida en la lista de personas buscadas, fue conducida a la iglesia de San Miguel, donde se reunía a los condenados a muerte. En la noche del 12 al 13 de enero de 1937, las tres abadesas de Martos fueron capturadas y conducidas al cementerio de Las Casillas. Antes de matarlas, sus perseguidores intentaron violar su dignidad y pureza, pero no lo consiguieron. El relato del proceso de beatificación conserva con cruel claridad las torturas infligidas a la madre Isabel María: desnudada y humillada, fue atada a la cola de un animal y arrastrada, sufriendo fracturas y heridas muy graves. Golpeada con las culatas de los fusiles, parecía ya sin vida; sin embargo, con una fuerza humanamente inexplicable, logró arrastrarse hasta la verja del cementerio y aferrarse a ella con todas sus fuerzas. Los agresores, incapaces de doblegar su voluntad, intentaron obligarla a blasfemar. Madre Isabel respondió con oraciones, jaculaciones, invocaciones a la Virgen y palabras de perdón. Los escupitajos, los insultos e incluso la bárbara obligación de comer estiércol no lograron apagar su fe. Finalmente, los disparos pusieron fin a su vida terrenal, pero no a su heróico testimonio. El brazo con el que se había aferrado a la verja no se desprendió ni siquiera después de la muerte; los verdugos tuvieron que cortarlo para separarlo del hierro al que había quedado unido.

 

Tras la guerra y el proceso de beatificación 

Tras el fin de la guerra, su cadáver fue reconocido y trasladado a la cripta del nuevo santuario de Santa María de la Villa, en Martos, donde descansa como símbolo de amor y fe inquebrantables. El proceso de beatificación, promovido por el Consejo Presbiteral de la Diócesis de Jaén, tuvo lugar entre el 9 de abril de 2016 y el 30 de marzo de 2019.

La Iglesia reconoce hoy el martirio de la madre Isabel María Aranda Sánchez como sello de su fidelidad a Cristo. Su figura se suma a la de tantos religiosos y religiosas españoles que afrontaron la persecución con amor, perdón y fe durante la Guerra Civil. Este reconocimiento no solo celebra la victoria de la gracia sobre la violencia, sino que también nos invita a redescubrir la fuerza del testimonio cristiano en los momentos más oscuros de la historia. Podemos decir, con las palabras de quienes han recogido el recuerdo de su sacrificio, que ella venció «no con las armas, sino con la cruz; no con el odio, sino con el amor».

Suor Mariachiara Bosco osc    

 

Cronología esencial de la vida y martirio

de la madre Isabel María Aranda Sánchez
(Córdoba 1889 – Martos 1936)

Fecha

Acontecimiento

12 de julio de 1889
Nace en Hinojosa del Duque (Córdoba)
8 de diciembre de 1903
Ingresa en el monasterio de las clarisas de Martos (Jaén)
4 de octubre de 1905
Primera profesión religiosa
1914
Grave enfermedad (úlcera gástrica y tuberculosis); curación considerada milagrosa
19 de marzo de 1922
Profesión solemne
Junio de 1936
Elegida abadesa del monasterio de Martos
21 de julio de 1936
Expulsada del monasterio con las hermanas durante la persecución religiosa
12 de enero de 1937
Arresto y prisión en Martos
Noche del 12 al 13
de enero de 1937
Martirio en el cementerio de Las Casillas junto a madre Francisca Espejo y madre Victoria Valverde
Después de 1939
Traslado de las reliquias a la cripta del Santuario de Santa María de la Villa en Martos
9 de abril de 2016 al
30 de marzo de 2019
Proceso diocesano de beatificación
13 de diciembre
de 2025
Beatificación en la catedral de Jaén junto a don Manuel Izquierdo Izquierdo y 58 compañeros mártires