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mayo 16, 2024

Comunicado de la Federación de Clarisas y de la Provincia Franciscana de Arantzazu sobre sus hermanas de Belorado

Madrid, 16 de mayo de 2024: La presidenta de la Federación de Clarisas de Nuestra Señora de Arantzazu, Hna. Javier Soto y el Provincial de los franciscanos de la Provincia de Arantzazu, Hno. Joxe Mari Arregi, han emitido un comunicado sobre las declaraciones que han salido a la luz de las Hermanas Clarisas de Belorado.

A continuación, reproducimos íntegramente el contenido del mismo:

Ante las noticias que vamos conociendo de nuestras hermanas clarisas de Belorado, y que tanta repercusión mediática están teniendo, en comunión y en nombre de nuestro Ministro General de la Orden (OFM), Fr. Massimo Fusarelli, hacemos este comunicado.

  1. Manifestamos, en primer lugar, nuestra sorpresa y dolor ante la actitud, escritos y comentarios que nuestras hermanas clarisas de Belorado han realizado en estos últimos días, por su dura crítica a la Iglesia Católica y especialmente por su Manifiesto Católico de 70 páginas, un compendio de críticas infundadas e interpretaciones erróneas.

  2. Manifestamos, siguiendo el espíritu y la doctrina de San Francisco y de Santa Clara de Asís, nuestra total y fraterna comunión con la Iglesia, con el Papa Francisco, con el arzobispo de Burgos, Don Mario Iceta y con Don Juan Carlos Elizalde, obispo de Vitoria.

  3. Pedimos perdón por todo el mal y daño que esta situación, provocada por una errónea decisión de las hermanas clarisas de Belorado ha creado dentro de la Familia Franciscana, especialmente entre las clarisas, en los cristianos del mismo pueblo de Belorado y en general en todos los cristianos de buena voluntad.

  4. Pedimos así mismo a las hermanas clarisas de Belorado que reconsideren su postura, disciernan su doctrina de acuerdo a los modos franciscanos de comunión y fraternidad y con humildad franciscana vuelvan a lo que siempre han sido.

  5. Finalmente, manifestamos a las mismas hermanas clarisas de Belorado que siempre nos tendrán dispuestos a acogerlas de nuevo en nuestra familia, de la que también ellas forman parte y de la que nunca debieron marchar.